Cadena perpetua Corea del Norte condena a trabajos forzados a un misionero surcoreano
Medios de comunicación de Corea del Norte han informado de
la sentencia hacia un misionero cristiano, Kim Jung-Wook, que ha sido
condenado a perpetuidad a trabajos forzados, con los cargos de espionaje
y traición por su intento de establecer iglesias subterráneas.
El juicio tuvo lugar el pasado viernes, cuando el misionero admitió haber cometido actos religiosos contrarios a la lealidad de Corea del Norte y “herir la dignidad” de la dirección suprema del país, según cita la agencia Associated Press.
Jung-Wook, de unos 50 años de edad, es un misionero bautista procedente de la vecina Corea del Sur. Según su supuesto abogado defensor en Corea del Norte, el misionero se habría “arrepentido de sus crímenes”, lo que evitó la condena a muerte.
El misionero fue arrestado el pasado mes de octubre, tras pasar la frontera desde China. Corea del Sur ha negado cualquier vínculo de espionaje con Kim.
Jung-Wook había trabajado en la misión desde el año 2007, cuando estaba en la ciudad china de Dandong, donde ayudó a desertores norcoreanos a huir a Corea del Sur a través de otros países, entre ellos Tailandia y Laos. Las autoridades chinas capturaron a 12 mujeres de Corea del Norte en agosto de 2012 en su refugio y las enviaron de vuelta. Jung-Wook cruzó a Corea del Norte preocupado por el estado de estas mujeres, pero fue detenido por el régimen norcoreano.
OTROS CASOS
Recientemente John Short, un misionero australiano de 75 años de edad fue liberado por Corea del Norte, después de que le acusaran de repartir folletos evangelísticos. Otros casos no han tenido una resolución positiva. Kenneth Bae, un norteamericano cristiano encarcelado y condenado a 15 años de trabajos forzados en Corea del Norte por “conspirar para derrocar al gobierno”, permanece en un campo de trabajo.
Según denuncian agencias cristianas internacionales, hay al menos 100.000 cristianos en campos de prisioneros en Corea del Norte, donde se practica la tortura y se llega en muchos casos a la ejecución de los reos.
Recientemente, varias entidades cristianas realizaron la Declaración de Ottawa, pidiendo una intervención internacional urgente ante los abusos hacia los derechos humanos que se producen sistemáticamente en el país gobernado por Kim Jong-Un, de los cuales se ha hecho un amplio informe por parte de la ONU.
El juicio tuvo lugar el pasado viernes, cuando el misionero admitió haber cometido actos religiosos contrarios a la lealidad de Corea del Norte y “herir la dignidad” de la dirección suprema del país, según cita la agencia Associated Press.
Jung-Wook, de unos 50 años de edad, es un misionero bautista procedente de la vecina Corea del Sur. Según su supuesto abogado defensor en Corea del Norte, el misionero se habría “arrepentido de sus crímenes”, lo que evitó la condena a muerte.
El misionero fue arrestado el pasado mes de octubre, tras pasar la frontera desde China. Corea del Sur ha negado cualquier vínculo de espionaje con Kim.
Jung-Wook había trabajado en la misión desde el año 2007, cuando estaba en la ciudad china de Dandong, donde ayudó a desertores norcoreanos a huir a Corea del Sur a través de otros países, entre ellos Tailandia y Laos. Las autoridades chinas capturaron a 12 mujeres de Corea del Norte en agosto de 2012 en su refugio y las enviaron de vuelta. Jung-Wook cruzó a Corea del Norte preocupado por el estado de estas mujeres, pero fue detenido por el régimen norcoreano.
OTROS CASOS
Recientemente John Short, un misionero australiano de 75 años de edad fue liberado por Corea del Norte, después de que le acusaran de repartir folletos evangelísticos. Otros casos no han tenido una resolución positiva. Kenneth Bae, un norteamericano cristiano encarcelado y condenado a 15 años de trabajos forzados en Corea del Norte por “conspirar para derrocar al gobierno”, permanece en un campo de trabajo.
Según denuncian agencias cristianas internacionales, hay al menos 100.000 cristianos en campos de prisioneros en Corea del Norte, donde se practica la tortura y se llega en muchos casos a la ejecución de los reos.
Recientemente, varias entidades cristianas realizaron la Declaración de Ottawa, pidiendo una intervención internacional urgente ante los abusos hacia los derechos humanos que se producen sistemáticamente en el país gobernado por Kim Jong-Un, de los cuales se ha hecho un amplio informe por parte de la ONU.
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