Malasia crea “centro de purificación” para intentar que cristianos nieguen su fe
MALASIA. – Un reportaje del canal CBN News investigó la denuncia de que el gobierno de Malasia estaba internando musulmanes que se habían convertido a Jesús. El local, que tiene el nombre oficial de “Centros de Purificación de la Fe” se encuentra en medio de un bosque y se parece mucho a una prisión.
Cuando un ex musulmán, es denunciado él puede ser forzado a ser llevado a este lugar por un período indefinido.
Aunque se divulga oficialmente que internarse es voluntario, las alegaciones hechas por los líderes cristianos es que se trata de una “pena alternativa” a los condenados por apostasía.
A raíz de la ley de la sharia, los jueces musulmanes pueden condenar que el abandono del islam es la muerte. Desde 2013, Mohd Adib Al Samuri, de la Universidad Nacional de Malasia ha estado publicando informes de personas que fueron detenidas por la policía y llevados al centro que es administrado por el gobierno. No hay ninguna acusación formal por juicio.
Uno de los ex detenidos, que logró escapar de allí, dice que huyó a la India porque sabía que lo matarían si volvía.
Su nombre no fue revelado por razones de seguridad,
pero ha pedido un abogado, pero las autoridades dijeron que no
necesitaría uno, porque el lugar era como una escuela de “reeducación”.
Incluso puede decirle a su familia acerca de lo sucedido.
De acuerdo con informes dados a conocer por la estación, hay por lo menos tres de estos centros, que operan en un régimen casi militar. Los internos tienen horarios rígidos y pasan horas escuchando sobre el islam y se les pregunta por las enseñanzas del profeta Mahoma. Muchos de ellos son delincuentes o drogadictos, pero los cristianos reciben el mismo tratamiento. Para salir, tienen que dar pruebas concretas de que seguirán la ley islámica.
El profesor Samuri, explica que entre las actividades que son absolutamente necesarias, estos son obligados a recibir: Clases de Corán, sesiones de reorientación de la fe, oraciones colectivas, terapia de grupo, el servicio comunitario, gimnasia y talleres tales como la jardinería y agricultura.
Aquellos cristianos que se niegan a retractarse de su fe son golpeados y amenazados. Uno de los ex detenidos que consiguió salir, descubrió que las autoridades habían confiscado su casa y su lugar de trabajo. Dice que debe esconderse continuamente de las autoridades, pero ha sido ayudado por otros cristianos.
El gobierno de Malasia niega oficialmente que hay persecución religiosa, pero sólo hay tolerancia para las personas nacidas en familias de tradición cristiana. De acuerdo con Open Doors, Malasia es uno de los países que persigue a los cristianos en el mundo. A pesar de que la conversión está prohibida por la ley, ellos estiman que ahora hay un 10% de la población.
De acuerdo con informes dados a conocer por la estación, hay por lo menos tres de estos centros, que operan en un régimen casi militar. Los internos tienen horarios rígidos y pasan horas escuchando sobre el islam y se les pregunta por las enseñanzas del profeta Mahoma. Muchos de ellos son delincuentes o drogadictos, pero los cristianos reciben el mismo tratamiento. Para salir, tienen que dar pruebas concretas de que seguirán la ley islámica.
El profesor Samuri, explica que entre las actividades que son absolutamente necesarias, estos son obligados a recibir: Clases de Corán, sesiones de reorientación de la fe, oraciones colectivas, terapia de grupo, el servicio comunitario, gimnasia y talleres tales como la jardinería y agricultura.
Aquellos cristianos que se niegan a retractarse de su fe son golpeados y amenazados. Uno de los ex detenidos que consiguió salir, descubrió que las autoridades habían confiscado su casa y su lugar de trabajo. Dice que debe esconderse continuamente de las autoridades, pero ha sido ayudado por otros cristianos.
El gobierno de Malasia niega oficialmente que hay persecución religiosa, pero sólo hay tolerancia para las personas nacidas en familias de tradición cristiana. De acuerdo con Open Doors, Malasia es uno de los países que persigue a los cristianos en el mundo. A pesar de que la conversión está prohibida por la ley, ellos estiman que ahora hay un 10% de la población.
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