Vaticano reconoce que la Iglesia "metió la pata" respecto a curas pederastas

 
El jefe de finanzas del Vaticano, el cardenal australiano George Pell, admitió este lunes que la iglesia católica "metió la pata" respecto a los curas pederastas y prometió que no iba a "defender lo indefendible".
El cardenal declaró desde Roma a través de una videoconferencia ante la australiana Comisión Real para una Respuesta Institucional al Abuso Sexual de Menores.
La investigación se centra ahora en la ciudad australiana de Ballarat, donde Pell creció y trabajó, y en cómo la iglesia negoció con las personas que denunciaron abusos de sacerdotes, muchos de ellos en los años 1970.
Pell, que llegó a ser el máximo dirigente católico en Australia, dijo que la iglesia incurrió históricamente en errores graves al no abordar adecuadamente el problema y ahora estaba trabajando para remediarlo.
"Permítanme decir esto, como una aclaración inicial, y es que no estoy aquí para defender lo indefendible", aseguró tras jurar sobre la Biblia que diría toda la verdad.
Para Pell, "la iglesia en muchos lugares, desde luego en Australia, ha metido la pata, ha decepcionado a la gente", pero descartó que la propia institución sea la culpable de cómo se manejó los casos de los curas pederastas.
"Creo que los abrumadores fallos han sido fallos más personales (...) que de las estructura", añadió Pell.
El alto cargo vaticano reconoció que, en el pasado, la actitud general de la iglesia hacia el abuso fue que "el niño lo tenía mucho, mucho más difícil para que se le creyera".
Las demandas eran a menudo desestimadas "en circunstancias absolutamente escandalosas", subrayó Pell, para quien se buscaba proteger a la iglesia de la vergüenza.
El cardenal australiano siempre ha negado haber tenido conocimiento de abusos infantiles en Ballarat, incluyendo los perpetrados por Gerald Ridslade, considerado el peor sacerdote pederasta de Australia por haber abusado de decenas de niños durante dos décadas.
Pell también niega haber trasladado a curas de parroquia y haber tratado de comprar el silencio de las víctimas.
Tras una década de crecientes presiones, Australia ordenó a la Comisión Real en 2012 la apertura de una investigación sobre las acusaciones de pederastia en todo el país, que involucran a iglesias, orfanatos, deportes, grupos juveniles y escuelas.
El jefe de finanzas del Vaticano, el cardenal australiano George Pell, admitió este lunes que la iglesia católica "metió la pata" respecto a los curas pederastas y prometió que no iba a "defender lo indefendible".
El cardenal declaró desde Roma a través de una videoconferencia ante la australiana Comisión Real para una Respuesta Institucional al Abuso Sexual de Menores.
La investigación se centra ahora en la ciudad australiana de Ballarat, donde Pell creció y trabajó, y en cómo la iglesia negoció con las personas que denunciaron abusos de sacerdotes, muchos de ellos en los años 1970.
Pell, que llegó a ser el máximo dirigente católico en Australia, dijo que la iglesia incurrió históricamente en errores graves al no abordar adecuadamente el problema y ahora estaba trabajando para remediarlo.
"Permítanme decir esto, como una aclaración inicial, y es que no estoy aquí para defender lo indefendible", aseguró tras jurar sobre la Biblia que diría toda la verdad.
Para Pell, "la iglesia en muchos lugares, desde luego en Australia, ha metido la pata, ha decepcionado a la gente", pero descartó que la propia institución sea la culpable de cómo se manejó los casos de los curas pederastas.
"Creo que los abrumadores fallos han sido fallos más personales (...) que de las estructura", añadió Pell.
El alto cargo vaticano reconoció que, en el pasado, la actitud general de la iglesia hacia el abuso fue que "el niño lo tenía mucho, mucho más difícil para que se le creyera".
Las demandas eran a menudo desestimadas "en circunstancias absolutamente escandalosas", subrayó Pell, para quien se buscaba proteger a la iglesia de la vergüenza.
El cardenal australiano siempre ha negado haber tenido conocimiento de abusos infantiles en Ballarat, incluyendo los perpetrados por Gerald Ridslade, considerado el peor sacerdote pederasta de Australia por haber abusado de decenas de niños durante dos décadas.
Pell también niega haber trasladado a curas de parroquia y haber tratado de comprar el silencio de las víctimas.
Tras una década de crecientes presiones, Australia ordenó a la Comisión Real en 2012 la apertura de una investigación sobre las acusaciones de pederastia en todo el país, que involucran a iglesias, orfanatos, deportes, grupos juveniles y escuelas.

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