Nueve señales reveladoras que indican que el mundo está a punto a colapsar
¿Es posible una nueva guerra mundial que con seguridad tendría
desastrosas consecuencias para el planeta? Mientras que algunos expertos
opinan que la humanidad no cometerá nunca más los errores del pasado,
otros aseguran que existe una probabilidad real para que se dé ese
escenario y hasta indican las señales que indicarían el inicio de la
Tercera Guerra Mundial.
El magnate e inversor estadounidense George Soros ha declarado en una
conferencia en el Banco Mundial que está preocupado por la posibilidad
de la Tercera Guerra Mundial y hasta indicó cuáles serían los causantes
de la misma. “Si hay un conflicto entre China y un aliado militar de
EE.UU., como Japón, no sería una exageración decir que estaremos al
borde de la Tercera Guerra Mundial”, declaró Soros citado por
MarketWatch.
Al mismo tiempo, el magnate advirtió a los participantes del evento
sobre el “peligro que tiene la alianza militar y política entre Rusia y
China”. Sin embargo, no es el único experto que considera que al fin y
al cabo los países no lograrán evitar un nuevo conflicto armado a nivel
mundial.
En ese sentido, el politólogo Mehman Gafarly considera que la nueva
guerra, que sería desastrosa para la humanidad, tendrá una serie de
conflictos locales previos en varias partes del mundo, empezando por
Asia Oriental. El experto incluso destacó unos puntos, que en caso de
producirse serían, según él, señales alarmantes de que la Tercera Guerra
Mundial está a punto de estallar.
Según el experto, la primera señal del inicio de la Tercera Guerra
Mundial sería el conflicto armado entre Japón y China por las islas
Senkaku, objeto de disputa entre los dos países asiáticos. Al mismo
tiempo, el más interesado en la posible guerra sería Tokio, escribe el
autor.
La segunda señal sería el aumento de las tenciones en torno a la
división del Ártico. Gafarly opina que todos los pretendientes
occidentales (EE.UU., Canadá, Dinamarca, Reino Unido y Noruega) se
opondrían de manera unida contra Rusia en esa cuestión.
La tercera señal sería la desintegración de Ucrania, lo que provocaría
que Polonia, Austria, Hungría y Rumania comenzaran una disputa por las
regiones occidentales de la misma.
La cuarta señal aparecería si la OTAN involucrara a Rusia en un
conflicto armado contra los países bálticos para distraer la atención de
Moscú de la partición de Ucrania y la guerra chino-japonesa. De este
modo, los anglosajones usarían a Estonia, Lituania y Letonia como “cebos
en sus juegos geopolíticos contra Rusia”, según el experto.
La quinta señal sería la involucración de Turquía, Irán e Israel en las
guerras en Siria e Irak, lo que permitiría a EE.UU. desintegrar a
Turquía e Irán. El propósito de Washington sería la creación de un
Estado vasallo Kurdo formado por las regiones mayoritariamente kurdas de
Irak, Siria, Turquía e Irán.
La sexta señal, una invasión a Uzbekistán por parte de radicales
islamistas de Afganistán sería la sexta señal. Al mismo tiempo, los
extremistas aumentarían su actividad en Kirguistán y al sureste de
Kazajistán. El propósito de los islamistas, que según Gafarly estarían
apoyados por la inteligencia norteamericana, sería la creación en Asia
Central de un ‘Califato Islámico’ basado en la sharía, para de este modo
presionar a Rusia y China.
La séptima señal, involucra las ‘revoluciones de colores’ en los países
latinoamericanos que se oponen a la influencia de EE.UU. sería la
séptima señal. Se trataría principalmente de Venezuela, Argentina,
Bolivia y Brasil, mientras que los líderes de dichas revoluciones en
algunos países podrían pedir la entrada de las tropas estadounidenses.
La octava señal sería el sabotaje al Consejo de Seguridad de la ONU,
acusándolo de no ser capaz de resolver los principales problemas
políticos y militares del mundo. De este modo, EE.UU. y Reino Unido
saldrían del organismo pidiendo hacer lo mismo a sus aliados.
La novena y última señal, que según el experto en unos días o hasta en
horas significaría el inicio de la Tercera Guerra Mundial, sería la
caída de Internet a nivel mundial y la suspensión de las contrataciones
electrónicas en los mercados de divisas, materia prima y valores.
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