Familias cristianas siguen siendo perseguidas
Según un comunicado de Solidaridad Cristiana Mundial (CSW, por sus
siglas en inglés), autoridades locales en el pueblo de Unión Juárez, en
el municipio de La Trinitaria, México, se reunieron ayer en un intento
de cortar el suministro de agua a familias adicionales que pertenecen a
la Iglesia Evangélica Monte Tabor, debido a la negativa continua de los
protestantes a participar activamente en ceremonias católicas.
Un total de 27 familias se han quedado sin agua y
electricidad, las autoridades del pueblo tratan de aumentar la presión
sobre los protestantes.
Los activistas locales de derechos humanos están
preocupados de que la intolerancia religiosa en el pueblo es cada vez
mayor y que los funcionarios del gobierno no puedan intervenir.
"Hacemos un llamado al Gobierno federal de México,
así como el Gobierno del estado de Chiapas para intervenir con urgencia
en estos dos casos y para defender la libertad religiosa, tal como se
garantiza en la Constitución mexicana, para todos sus ciudadanos", dijo
Andy Dipper, director de Operaciones de CSW.
Mientras tanto, el 26 de abril, los jóvenes que son
miembros de un grupo de católicos y bautistas desplazados por la fuerza
llevaron a cabo una peregrinación con el fin de llamar la atención sobre
las continuas amenazas y la intolerancia religiosa por parte de la
mayoría presbiterianos hacia los católicos y bautistas en la localidad
de Puebla, en el estado de Chiapas.
Más de 200 personas asistieron a una misa en la
capital municipal, Chenalhó, para celebrar el fin de la peregrinación de
la comunidad de Tsabalho a Chenalhó. Representantes de CSW asistieron a
la ceremonia religiosa, que fue presidida por el padre Manuel Pérez
Gómez, quien fue detenido arbitrariamente durante cinco horas y golpeado
por jóvenes presbiterianos en agosto pasado. A raíz del incidente,
fueron desplazados por la fuerza 15 católicos y dos familias bautistas.
El grupo regresó a sus hogares en Puebla el 14 de
abril por necesidad. Sus representantes dijeron CSW que no recibió el
apoyo del gobierno durante su desplazamiento: "No teníamos suficiente
para comer y decidimos volver para que pudiéramos trabajar en nuestros
campos, a pesar de que no teníamos garantías para nuestra seguridad."
Ellos también dijeron a CSW que el gobierno había
tomado medidas para castigar a los responsables de actos criminales
dirigidos a los no presbiterianos, incluyendo lo sucedido al padre Pérez
Gómez. Expresaron su preocupación de que la desinformación, acusando a
los católicos y bautistas de envenenar el suministro de agua del pueblo,
continuó circulando sin respuesta por parte de funcionarios del
gobierno y que los actos de intimidación continúan.
Uno de los miembros de la comunidad dijo a CSW:
"Cuando fui a mi casa, me encontré en la cama con un gato muerto en
descomposición lleno de gusanos. Me pregunté: '¿Qué están tratando de
decirme? ' Cerré la puerta y me fui a buscar mis cosas. Yo tenía mucho
miedo. Consideré regresar a Acteal (localidad del municipio de
Chenalhó), me sentí amenazado; antes de que nos habían dicho que iban a
quemar la casa".
"El ciclo de la impunidad y la intolerancia
religiosa en curso no debe permitirse que continúe - a los responsables
de actos delictivos como la violencia física, la destrucción de la
propiedad y la privación arbitraria de los servicios básicos como agua y
electricidad deben rendir cuenta. Estamos en solidaridad con los
jóvenes de Puebla y de acuerdo con su demanda de justicia", indicó
Dipper.
Las autoridades de los pueblos católicos
tradicionalistas cortaron el suministro de agua y electricidad a 25
familias protestantes en febrero y arbitrariamente detuvieron a un
miembro de la comunidad que trató de volver a conectar la alimentación
de agua.
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