Cristiano condenado por blasfemia sigue predicando en Indonesia
INDONESIA. – Un ex musulmán que vive en Indonesia fue condenado a prisión por “falsas enseñanzas”. El hombre y sus hermanos fueron demandados por los vecinos después del bautismo de un adolescente de la familia.
Rudi, nombre ficticio para preservar su identidad oficial, es un ex académico musulmán e hijo de un famoso líder de la religión en el oeste de Java, lo que ha agravado aún más su estado, ya que en el país existe la ley sobre la blasfemia.
Condenado a tres años en prisión, Rudi tuvo el apoyo de Puertas Abiertas, que también ayudó a su hermano con el apoyo legal y sus familias con apoyo financiero.
Los hijos de Rudi sufrieron mucho con la condena de su padre, tuvieron que abandonar la escuela e ir a varias para no ser atacados debido a su nueva fe.
“Esos tiempos fueron difíciles. Me sentí como que no pertenecíamos a ninguna parte. No tenía amigos, ni hogar o escuela”, recuerda la hija de Rudi.
Sin embargo, hace dos años Rudi fue puesto en libertad, él recuerda esto como un proceso de aprendizaje.
“El juicio me permitió experimentar un poco de lo
que le pasó a Jesús. Estoy muy agradecido por eso. El hecho de que he
sufrido por Cristo significa que estoy en el camino correcto”, dijo.
Desde que salió de la cárcel, Rudi ha compartido el mensaje del Evangelio de Cristo y ha llegado a más de 100 musulmanes a pesar que su salud se ha debilitado.
Hoy en día, él y su familia viven en una pequeña casa y sus hijos ahora pueden asistir a la escuela.
“Nuestra casa no es grande, pero estamos contentos aquí. En esta ciudad, los niños pueden ir a la escuela sin temor a ser rechazados. Pueden ser lo que realmente son”, dice la esposa de Rudi.
Desde que salió de la cárcel, Rudi ha compartido el mensaje del Evangelio de Cristo y ha llegado a más de 100 musulmanes a pesar que su salud se ha debilitado.
Hoy en día, él y su familia viven en una pequeña casa y sus hijos ahora pueden asistir a la escuela.
“Nuestra casa no es grande, pero estamos contentos aquí. En esta ciudad, los niños pueden ir a la escuela sin temor a ser rechazados. Pueden ser lo que realmente son”, dice la esposa de Rudi.
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