Iglesias de Corea del Sur buscan el consuelo divino
“Hoy estamos en Pascua, un día de celebración, pero en vez
de alegría, nuestros corazones están llenos de tristeza”, expresó el
pastor Ir Hun a los fieles que se reunían este domingo por la mañana en
la iglesia Jeil, en Ansan, la ciudad de donde procedían la mayoría de
los estudiantes de secundaria del Ferry hundido el pasado miércoles en
las aguas de Corea del Sur.
Muchos de los reunidos lloraban al pensar en los fallecidos y desaparecidos. Diez de los 253 pasajeros que aún figuran en esa lista eran miembros de la iglesia. El pastor compartió su sermón con emoción, intentando llevar el consuelo divino a unos corazones heridos por la tragedia. La música, que suele ser festiva en el día de Resurrección, fue tranquila y serena, con un coro entonando himnos, acompañados de un cuarteto de cuerdas.
La Iglesia Jeil Ansan es un edificio moderno, con paredes de vidrio con un exterior curvo inspirado en el Arca de Noé. La congregación presbiteriana, de 15.000 miembros, reconstruida en 2012, ha estado sirviendo en esta ciudad desde hace más de 50 años. Está a unos 20 minutos a pie de la escuela secundaria Danwon, que envía la mayor parte de su clase de segundo año al viaje a bordo del barco que se hundió el miércoles.
“Hemos enviado a varios miembros del equipo pastoral a Jindo para ofrecer asistencia a los miembros de la familia que esperan el regreso de sus hijos”, dijo Park Byeong-ju, pastor de la iglesia a cargo del área de educación.
ESCENAS DE DOLOR EN JINDO
A 450 kilómetros, en el puerto de Jindo, la ciudad se ha visto convulsionada por el suceso. Los miembros de la iglesia de Nulpuren distribuyeron 1.200 huevos de Pascua entre las familias que continúan esperando noticias, mientras las esperanzas de supervivencia se desvanecen. La iglesia repartió estos regalos, teniendo cuidado de retirar los envoltorios tradicionales que desean un “día feliz de Pascua”.
El pastor Park Si-gu, de una iglesia de la localidad, contaba que están intentando atender a las necesidades de los afectados. En su sermón, le dijo a los 150 fieles que éste era el más difícil de pronunciar en sus 35 años de predicación. La búsqueda de sentido en la forma en la que se desarrolló la tragedia durante la semana pasada fue una lección de humildad.
“El presidente ha llegado aquí, y también lo han hecho muchos funcionarios del gobierno, y buceadores de élite que intentan rescatar con vida a los que están atrapados en el barco volcado”, dijo. “Toda la nación intenta todo pero sin poder hacer nada... No debemos ser arrogantes. Sólo Dios puede hacerlo”, decía.
El domingo, aún en medio de la angustia, algunos de los familiares que continúan esperando datos sobre los desaparecidos se acercaron a una sesión de oración matutina en la iglesia Nulpuren.
Corea del Sur es uno de los países donde más ha crecido el cristianismo en los últimos años. Se calcula que unos 50 millones son protestantes, y unos 5 millones católicos. Es además uno de los países que más misioneros envía al extranjero en la última década.
Muchos de los reunidos lloraban al pensar en los fallecidos y desaparecidos. Diez de los 253 pasajeros que aún figuran en esa lista eran miembros de la iglesia. El pastor compartió su sermón con emoción, intentando llevar el consuelo divino a unos corazones heridos por la tragedia. La música, que suele ser festiva en el día de Resurrección, fue tranquila y serena, con un coro entonando himnos, acompañados de un cuarteto de cuerdas.
La Iglesia Jeil Ansan es un edificio moderno, con paredes de vidrio con un exterior curvo inspirado en el Arca de Noé. La congregación presbiteriana, de 15.000 miembros, reconstruida en 2012, ha estado sirviendo en esta ciudad desde hace más de 50 años. Está a unos 20 minutos a pie de la escuela secundaria Danwon, que envía la mayor parte de su clase de segundo año al viaje a bordo del barco que se hundió el miércoles.
“Hemos enviado a varios miembros del equipo pastoral a Jindo para ofrecer asistencia a los miembros de la familia que esperan el regreso de sus hijos”, dijo Park Byeong-ju, pastor de la iglesia a cargo del área de educación.
ESCENAS DE DOLOR EN JINDO
A 450 kilómetros, en el puerto de Jindo, la ciudad se ha visto convulsionada por el suceso. Los miembros de la iglesia de Nulpuren distribuyeron 1.200 huevos de Pascua entre las familias que continúan esperando noticias, mientras las esperanzas de supervivencia se desvanecen. La iglesia repartió estos regalos, teniendo cuidado de retirar los envoltorios tradicionales que desean un “día feliz de Pascua”.
El pastor Park Si-gu, de una iglesia de la localidad, contaba que están intentando atender a las necesidades de los afectados. En su sermón, le dijo a los 150 fieles que éste era el más difícil de pronunciar en sus 35 años de predicación. La búsqueda de sentido en la forma en la que se desarrolló la tragedia durante la semana pasada fue una lección de humildad.
“El presidente ha llegado aquí, y también lo han hecho muchos funcionarios del gobierno, y buceadores de élite que intentan rescatar con vida a los que están atrapados en el barco volcado”, dijo. “Toda la nación intenta todo pero sin poder hacer nada... No debemos ser arrogantes. Sólo Dios puede hacerlo”, decía.
El domingo, aún en medio de la angustia, algunos de los familiares que continúan esperando datos sobre los desaparecidos se acercaron a una sesión de oración matutina en la iglesia Nulpuren.
Corea del Sur es uno de los países donde más ha crecido el cristianismo en los últimos años. Se calcula que unos 50 millones son protestantes, y unos 5 millones católicos. Es además uno de los países que más misioneros envía al extranjero en la última década.
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