LO QUE DEBEMOS SABER SOBRE LOS DONOSAURIOS (SEGUN LA BIBLIA )
Muchos cristianos sentimos fascinación por los
Dinosaurios, y muchos, nos hemos hecho miles de preguntas que se las
puede resumir en una sola: ¿Cómo encajan los dinosaurios dentro de una concepción bíblica del mundo?
En
la actualidad hay una creciente base de datos sobre los dinosaurios que
incluye huesos, dientes, huellas, embriones, marcas dejadas por la
piel, y estiércol. Aparentemente, estos animales terrestres existieron en todos los tamaños y formas.
La
información que tenemos sugiere poblaciones activas y reproductivas a
escala global. En base a evidencias en aumento, es difícil negar que los
dinosaurios hayan existido.
Hay quienes toman esa posición, no porque crean que
los científicos hayan inventado esas criaturas para engañarnos, sino
porque no pueden reconciliar la existencia de los dinosaurios con su
comprensión de la naturaleza de Dios. De ese modo, los cristianos
necesitan plantearse la trascendencia de estos animales dentro de la
visión bíblica de la historia del planeta.
A menudo se expresa este dilema diciendo “No puedo creer que Dios pusiera un tiranosaurio rex en el jardín del Edén”. Otros comentan que los dinosaurios “eran muy feos”.
No
pueden creer que un Dios amante y compasivo, crease tan feroz “máquina
de matar”, pero se hallan perfectamente cómodos frente al hecho de que
Dios creara leones.
Esto nos lleva a preguntar: ¿Qué diferencia hay entre un tiranosaurio y un león? Claro que hay muchas diferencias, pero aquí se trata de animales de presa en el jardín del Edén; ambos son carnívoros.
Aunque
los cristianos seguidores de la Biblia creen que Dios creó un género de
felino, suponen que los felinos eran herbívoros en el Edén, al menos
hasta el pecado de Adán y Eva. Pareciera lógico aplicar el mismo
argumento a los dinosaurios. Pero esta cuestión aparentemente simple se
complica bastante al tratar las consecuencias.
Examinemos esto mediante las siguientes preguntas.
¿Existieron realmente los dinosaurios?
Unos pocos huesos dispersos no alcanzaría para llegar a la conclusión de que los dinosaurios realmente existieron. Sin embargo, el registro de huesos de dinosaurios es bastante extenso, y la variedad nos permite comprender mejor a estas criaturas. Sus bien preservadas huellas, huevos y embriones nos indican que vivían, andaban y se reproducían.
Las huellas son los argumentos más poderosos de su existencia.
El registro en rocas de todo el mundo nos provee información fascinante.
Los científicos encontraron grandes depósitos de huesos de dinosaurio
que se mineralizaron y de esta manera fueron preservados para que
pudiéramos verlos. Estos huesos petrificados se conocen como
fósiles. Si hay suficiente material fósil, los científicos pueden
reconstruir el animal.
Por 1990 los científicos habían logrado reconstruir ya 197 esqueletos completos de dinosaurios. Al presente existen muchos más.
Al
estudiar estos huesos los científicos desarrollaron un sistema de
clasificación basado en una cantidad de estructuras óseas que son
peculiares a este grupo de animales. Tengamos en cuenta, por ejemplo,
que el cráneo de los dinosaurios presenta orificios que no se encuentran
en los reptiles ni mamíferos; la articulación del tobillo es simple; y
las vértebras difieren de las de otros organismos.
El
examen de la estructura interna de los huesos sugiere que se trata de
un grupo distintivo de animales, muy diferente de los mamíferos y
reptiles. Una gran parte de la estructura ósea exhibe
sustitución [por minerales] y preservación de cada célula en el proceso
de fosilización.
Este fino detalle de la fosilización implica que podemos observar líneas y vesículas de crecimiento en los huesos.
Esta combinación de características no se encuentra en los reptiles ni
mamíferos y es peculiar a los dinosaurios, aunque algunos sostienen que
hay semejanzas entre los dinosaurios celofísidos y las aves.
Los
dinosaurios han sido clasificados en dos grupos distintos sobre la base
de la estructura de su pelvis. En el primero están los terópodos o
dinosaurios carnívoros, y los saurópodos de estructura grande como si
fueran puentes colgantes con largos cuellos y colas y pelvis similares a
los reptiles. El segundo grupo engloba a todos los otros dinosaurios
que tienen caderas semejantes a la de las aves. Sin embargo, a pesar de
estas coincidencias con otros animales las estructuras pélvicas son
peculiares a los dinosaurios.
Los problemas en la clasificación de los dinosaurios surgen de la dificultad de distinguir géneros y especies.
En
1990, de 285 géneros de dinosaurios, el 45% fue identificado por un
solo hueso. Muchos son escépticos respecto a tales identificaciones.
La
clasificación también preocupa a los investigadores por el hecho de que
muchos géneros constan de una sola especie. Sospechan que algunos de
estos géneros son en realidad especies comprendidas en uno solo de los
géneros descriptos.7 A pesar de estas dificultades, hay suficiente material como para concluir que existió una amplia variedad de dinosaurios.
Las
características aquí comentadas sugieren que los dinosaurios eran
criaturas peculiares y que, como tales, bien podrían representar uno de
los “géneros” creados, como lo registra el Génesis. La
variedad, distribución y combinación de características sugieren que la
hibridación es posible, como es el caso de las flores y los perros en la
actualidad. No obstante, la variación de las especies es mucho más
factible que la variación que se encuentra entre las familias de
dinosaurios así como lo es también el surgimiento de nuevas clases de
organismos.
Para quienes piensan que los
huesos de dinosaurios son fraudes, hay información adicional que sugiere
lo contrario. Parte del material óseo se encuentra superpuesto a la
impronta dejada por la piel del animal. Estos fósiles
suministran información adicional sobre la apariencia de estos
organismos. Si los huesos fuesen fraudulentos, alguien se habría tomado
mucho trabajo extra para incluir también la impresión de piel fósil en
el depósito sedimentario.
Si fueran
fraudes, el falsificador habría también creado las huellas. La
información aportada por las huellas es de lo más interesante ya que
aparecen en una gran variedad de tamaños y formas.
Cuando
la hilera de huellas se suficientemente larga, se puede calcular el
largo del paso y la postura del animal. La mayor parte de estas huellas
muestra que los dinosaurios caminaban, no corrían, y hasta parecen haber
andado cojeando.
Es difícil determinar la
razón. Pueden haberse lastimado o haber estado llevando crías o comida.
Cualquiera sea la explicación, la presencia de huellas confirma que los
dinosaurios vivieron realmente, moviéndose a través del terreno. Es
interesante que los investigadores no hallaron todavía dinosaurios “muertos junto a sus pisadas”. Se encuentran capas de huesos por encima y por debajo de las huellas pero no con estas últimas.
Algunos de los rastros tienen huellas grandes que rodean a otras más pequeñas. Esto sugiere una manada de dinosaurios.
Algunos
investigadores suponen que estas manadas seguían una ruta natural de
migración a través de la región, mientras que otros disienten. Dentro
del contexto de una historia bíblica del planeta, el movimiento de los
dinosaurios puede reflejar respuestas de supervivencia y de tensión
debidas a una tierra cambiante con aguas diluviales en ascenso y
descenso.
Por último, existen evidencias
de poblaciones reproductivas de dinosaurios. Se han informado nidos,
huevos, embriones y crías. Hay más de 200 yacimientos de huevos en todo
el mundo. No abunda la evidencia de nidos in situ y los
embriones y crías son bastante raros. La existencia de estos depósitos
indica que por lo menos algunos de estos dinosaurios se reproducían.
No
siempre los investigadores pueden decir qué dinosaurios pusieron cuáles
huevos. A principios del siglo XX se pensó que los huevos encontrados
en Mongolia habían sido puestos por protoceratops, el dinosaurio
herbívoro dominante en la región.
A fines del
mismo siglo se encontró otra nidada con los huesos de un pequeño
depredador, ovirraptor, superpuesta a los huevos. Estos depósitos de
Mongolia plantean muchos interrogantes. ¿Por qué se habría quedado en la
nidada un ovirraptor mientras una tormenta de arena lo sepultaba? ¿O es
que se ahogó en una laguna entre médanos durante un aguacero repentino?
¿Se quedaba el ovirraptor en la nidada empollando porque tenía sangre
caliente? ¿Cuántos ovirraptores empollaban los huevos?
¿Cuántos
nidos había? Hay muchas preguntas sobre las características de los
dinosaurios, aún sin respuesta, pero el gran cuerpo de datos disponible
nos confirma que ciertamente existieron.
¿Cuándo existieron los dinosaurios?
No
es tan clara la evidencia de cuándo existieron los dinosaurios.
Aparecen en los estratos mesozoicos (“vida media”) del registro rocoso
(columna geológica). Las fechas radiométricas para la ceniza volcánica y
la lava asociada con ellos indicarían que vivieron entre 65 y 225
millones de años atrás, mucho antes de las edades bíblicamente
aceptables. (De acuerdo al fechamiento radiométrico, la tierra tendría
entre 4.600 y 4.700 millones de años).
Los huesos
de dinosaurios más antiguos en el registro rocoso aparecen en la misma
unidad del período triásico (Carniano), en cuatro de los continentes.
Esta aparición difundida y diversa de los dinosaurios en el registro
fósil es difícil de explicar de acuerdo a la teoría evolucionista
corriente. Raras veces se presenta esta dificultad al público, lo que no
es difícil de entender, porque a nadie le gusta hablar de cosas que no
sabe.
Es importante recordar que las
fechas radiométricas no son datos (hechos reales), sino cálculos basados
en la distribución de materiales radioactivos en las rocas. El tiempo
transcurrido no se mide directamente, sino que es un exponente en la
fórmula que describe la pendiente de la línea generada por la
distribución de los isótopos. Esta distribución se basa en propiedades
físico-químicas dentro del cuerpo rocoso fundido. En consecuencia, el
relato bíblico de la historia de la tierra es igualmente legítimo como
fuente de datos respecto del tiempo.
En
resumen, así como los científicos creen que tienen un medio confiable
de medir los períodos de tiempo en el registro rocoso, muchos cristianos
creen que tienen una fuente confiable de información (la Biblia)
respecto a la edad de la tierra. En consecuencia, fijar la edad de los dinosaurios es asunto polémico.
¿Vivieron juntos dinosaurios y humanos? ¿Cómo?
La
creencia en que humanos y dinosaurios vivieron al mismo tiempo en esta
tierra, no se basa en evidencias científicas (no las hay) sino en la
confianza en la palabra inspirada de Dios. La creencia de que Dios creó todas las cosas y que éstas eran buenas,
así como la creencia de que no había “derramamiento de sangre”
(depredación) en la tierra hasta después del pecado del hombre, llevan a
muchos a creer que humanos y dinosaurios pueden haber vivido juntos
pacíficamente.
Es importante observar que no todos los dinosaurios pertenecían a las variedades grandes y carnívoras.
La
mitad de las familias de dinosaurios tenían el tamaño de una jirafa
adulta (unos 7 metros) o menos, y algunos eran del tamaño de un perro
grande o un pavo. Además la mayoría eran herbívoros.
¿Es Satanás de algún modo responsable por el origen de los dinosaurios?
¿Alteraría
Satanás de alguna forma el DNA de los animales para producir los
dinosaurios? ¿Son los seres humanos responsables de ese origen? ¿Habrían
manipulado genéticamente los primeros dinosaurios?
En mi opinión, la respuesta a todas estas preguntas es “no”.
Los
dinosaurios eran organismos peculiares que tenían estructuras y trazos
propios. Esto indica que su origen requirió más que una mezcla o
alteración; requirió nueva información, una actividad creadora que la
mayoría de los cristianos cree que reside únicamente en el poder de
Dios.
¿Eran los dinosaurios cruza de otros tipos de animales?
El
cruzamiento que algunos cristianos sugieren para dar origen a los
dinosaurios exige crías viables a partir de una mezcla de mamíferos y
reptiles, dos tipos zoológicos distintos. En nuestro mundo no es posible
entrecruzar tipos. La cruza de especies es bastante común, aunque hay límites a este tipo de reproducción.
¿Entonces crió Dios realmente a los dinosaurios?
¿Por
qué habría de crear un Dios de amor al tiranosaurio? ¿Vivía el
tiranosaurio en el Edén? Es razonable suponer, en base a los datos
(hechos firmes) que poseemos, que Dios creó alguna clase básica de
dinosaurios, o varias. Algunos terópodos, que pueden haber incluido al
tiranosaurio, podrían haber existido en el Edén.
Sin
embargo, dada la perspectiva teológica de la mayoría de los creyentes
en la Biblia, sería difícil creer que los animales del Edén eran
carnívoros. La alteración de su régimen alimentario pudo haber
ocurrido tras la caída, así como los cardos y espinas aparecieron tras
el pecado de Adán y Eva.
¿Qué mató a los dinosaurios?
Se han propuesto muchas teorías para explicar esta desaparición:16
- Un cambio drástico en el clima debido al impacto de un asteroide, y/o un aumento de la actividad volcánica;
- Una ruptura en la cadena de alimentación;
- La transformación de los dinosaurios en aves.
Muchos
cristianos no creen que se transformaran en aves, y la evidencia de una
ruptura en la cadena alimentaria ha sido difícil de documentar.
La
destrucción de los dinosaurios por el diluvio del Génesis encaja bien,
dentro de la perspectiva bíblica sostenida por muchos cristianos.
Más allá de la cuestión del tiempo, la sepultura de dinosaurios en todo el mundo dentro de sedimentos depositados por agua17
es consistente con el relato bíblico. Además, dada la complejidad del
diluvio del Génesis, los impactos de asteroides y el aumento del
vulcanismo pueden haber jugado un papel importante en la destrucción de
la tierra y sus organismos vivos.
Si los dinosaurios fueron creados por Dios, ¿por qué se han extinguido?
Muchos organismos que los cristianos creen haber sido creados por Dios, se han extinguido.
Los
sistemas marinos han cambiado drásticamente desde la era antediluviana.
Las poblaciones de insectos, anfibios, reptiles y mamíferos son
radicalmente distintas.
No todo lo que
creó Dios ha sobrevivido hasta el presente. Esa probablemente no fue la
voluntad divina sino el resultado del pecado humano. Dios actuó
continuamente durante el diluvio del Génesis para salvar vidas. Desafortunadamente, no todo lo que se salvó pudo sobrevivir en el mundo postdiluviano.
¿Había dinosaurios en el arca?
Al menos la mitad de las familias de los dinosaurios pudo estar en el arca dado que eran suficientemente pequeños.
Es importante recordar que no fue necesario que todas las especies
estuviesen allí. Sólo se necesitaban clases o tipos básicos
representativos porque reconocemos que existe variación por lo menos
dentro de los géneros de seres vivos. Sin embargo, es importante recordar que no hay datos científicos que apoyen esta idea. La creencia en que los dinosaurios estuvieron en el arca de Noé es una afirmación de fe.
Conclusión
Algunos
pueden pensar que estas preguntas son ridículas. Sin embargo, los
cristianos las plantean porque desean una explicación de la naturaleza
que tenga sentido dentro del relato bíblico de la historia de la tierra.
Si bien las respuestas aquí ofrecidas pueden dejar algo insatisfechos a
algunos, por lo menos suministran una base para comentar e investigar
más sobre el tema.
Aún quedan muchas
maravillas de la creación de Dios, tanto previas como posteriores a la
entrada del pecado, que pueden ser investigadas. Tenemos la promesa de
que conoceremos misterios a través del Maestro eterno en la Tierra
Nueva. Mientras tanto, como cristianos, debemos estudiar la historia de
la tierra con la asistencia divina, a través de la orientación bíblica y
la inspiración del Espíritu Santo.
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