Después que tanto los predicamos, los científicos encuentran vida después de la muerte
El equipo realizó experimentos con ratones y peces cebra. Lo que descubrieron (y publicaron en 2017) fue sorprendente: alrededor de mil genes no solo permanecían activos, sino que se volvían más activos después de la muerte clínica, en intervalos distintos que iban desde los 30 minutos hasta las 48 horas. Muchos de los genes activados regulaban la inflamación, la defensa inmunitaria, el desarrollo embrionario e incluso el cáncer. Esta actividad inesperada se conoció como “tanatotranscriptoma”, de Thanatos, el dios griego de la muerte, y “transcriptoma”, el conjunto completo de ARN de una célula. Se refiere a los genes que se activan después de la muerte, como si las células intentaran montar una respuesta biológica final. Noble concluyó que la muerte no es un interruptor biológico, sino más bien un regulador que da paso a lo que él denomina un “crepúsculo”, un tercer estado entre la vida y la descomposición celular completa. Un estudio realizado en 2018 por el Centre for Genomic Regula...